¿Tú ex rompió contigo tras serte infiel?
- vivancosenrique
- 20 jun
- 14 Min. de lectura

Si este es tu caso, además de los intensos sentimientos de vacío y soledad que acompañan siempre una ruptura de pareja, sin duda, tendremos que añadir aquí una fuerte sensación de desvalorización, ya que probablemente te sientes muy poco valioso, poco atractivo y como una especie de trasto viejo que ha sido arrinconado porque ya no sirve. Probablemente también te está costando mucho encajar todo esto ya que, si te has enterado de la infidelidad hace poco, no solo tienes que hacerte a la idea de que la relación se ha terminado, sino que además tienes que reinterpretar una parte de la relación que tu creías que fue de una manera y ahora te das cuenta de que fue de otra, porque estabas sufriendo un engaño. Por todo esto sientes una sensación de irrealidad que no te permite tomar conciencia plena de lo que ha pasado y se ralentiza tu proceso de sanación. Y por otro lado te sientes traicionado por la persona que más quieres, por no hablar de que tu desconfianza está por las nubes y ahora mismo no crees poder volver a confiar en nadie, con todas las implicaciones que tendría esto para futuras relaciones.
Por todos estos ingredientes adicionales podemos afirmar sin riesgo a equivocarnos que tu proceso de duelo va a ser más largo, difícil y complejo que el de una ruptura convencional, donde simplemente se acabó el amor y ambas partes deciden ir cada una por su lado.
Pero no te preocupes, que sea algo más difícil no significa que no pueda hacerse y a buen seguro todo esto pasará y volverás a sentirte bien. Y para ayudarte con ello y tratar de hacer este proceso más corto, menos intenso y más llevadero, voy a dedicar este artículo a las particularidades de este tipo de ruptura.
Pero antes de comenzar quiero diferenciar entre dos situaciones posibles:
_ Has mantenido una relación donde tu ex te ha engañado numerosas veces, incluso con diferentes personas a lo largo del tiempo y finalmente lo habéis dejado.
_ En tu relación, en principio no han habido infidelidades ni tu sospechabas nada, y de repente tu descubres, o tu ex te comunica, que tiene una relación en paralelo. Tras el descubrimiento tu ex te abandona por él/ella.
En el primero de los supuestos, sin duda has acumulado gran cantidad de daño emocional debido a la desvalorización frecuente sufrida a lo largo de la relación y con seguridad esto afecta a tu autoestima y confianza en los demás. Pero en este caso, la ruptura, más que ser un problema, parece una solución ya que cuanto más tiempo estés en una relación donde no se te valora, más daño emocional sufrirás. Este tipo de casos, donde la relación ha sido de muy poca calidad, y que tu has aceptado durante X tiempo debido a tu falta de valoración personal, prefiero abordarlos en otros artículos sobre autoestima o dependencia emocional que escribiré en el futuro y que tratarán sobre como conseguir respeto y valoración dentro de la pareja más que de la ruptura propiamente dicha.
El segundo supuesto es el que quiero enfocar aquí, ya que se trata de una relación de calidad y respeto durante bastante tiempo pero que se termina de una forma abrupta e inesperada. Y como todo lo inesperado, sus posibilidades de dejar secuelas traumáticas es alto.
Aunque lo realmente distintivo de este tipo de ruptura es el engaño, a lo largo de las siguientes líneas voy a tratar de argumentar que no es esa cuestión exactamente lo que convierte este tipo de ruptura en algo especialmente difícil, sino más bien nuestra dificultad para aceptar plenamente la libertad del otro.
Para que me entiendas bien acerca de que quiero decir exactamente con esto, creo que es importante analizar que es lo que resulta más doloroso en una ruptura convencional. Y creo que aquí estamos todos de acuerdo: lo que más te duele es que ya no puedas estar con esa persona, y que además te esté cambiando por otro/a.
Y aunque ese otro/a en muchas ocasiones aun no está presente porqué ni siquiera tu pareja, cuando te deja, le conoce aún, está implícito en cualquier ruptura que cuando alguien te deja lo hace con la esperanza de encontrar otra persona en el futuro. En el caso de ruptura con infidelidad la diferencia es que este cambio no es implícito sino explicito, y a ese otro/a podemos ponerle cara, nombre y apellidos, con todo el dolor que conlleva el ver que eres sustituido por otro. Y esto es en realidad lo más grave desde el punto de vista psicológico, ya que hace saltar por los aires todas nuestras ideas de romanticismo y seguridad en la pareja.
Y como digo, aunque todo el mundo asuma que cuando alguien te deja, en el fondo te está cambiando por otro que vendrá en el futuro, (y esa es una de las peores pesadillas durante el proceso de ruptura; que el otro haya encontrado ya a alguien) al menos te queda la esperanza de encontrar a alguien tú primero y ser ya muy feliz cuando el otro encuentre a tu sustituto.
Por decirlo de alguna manera que se entienda y llevándolo a un extremo: sería como la diferencia entre saber que algunos de tus seres queridos con el tiempo morirán (muy duro cuando te paras a pensarlo) al hecho de que efectivamente uno de ellos murió hoy, lo que te hace tener que mirar irremediablemente a la cara a esta realidad que, aunque conocida por ti, no tenías que tener presente todo el rato.
La mayor parte del artículo girará en torno a ir haciéndonos a la idea de que muchas relaciones no durarán y que mantener fantasías excesivamente románticas simplemente hará que, cuando llegue el final, tú no estés preparado y el shock sea mayor. Sobre toda esta parte, fundamental para entender bien lo que viene luego, te recomiendo este otro artículo (¿No entiendes porqué te dejo tu ex?) que escribí hace unos meses, donde detalló por qué las relaciones actualmente tienden a ser de menor duración, lo que nos obliga, como digo, a estar preparados para eventuales rupturas.
Por tanto, aunque el elemento realmente distintivo aquí es el engaño, el que nos hallan hecho creer que las cosas son de una manera y que después resultan ser de otra, este engaño va a ser infinitamente más doloroso para mí si yo tengo unas ideas acerca del amor y la pareja excesivamente románticas e idealizadas. Esta misma visión acerca de la realidad de la pareja me haría igualmente vivir muy mal una ruptura convencional sin engaño, simplemente por el hecho implícito de ser sustituido por otro.
Siendo honestos, en nuestras relaciones cotidianas sufrimos engaños y medias verdades constantemente, desde la publicidad, las promesas de los políticos, la impuntualidad de los amigos, etcétera, y eso no nos supone un desequilibrio emocional notable. ¿Nos molesta? Sí. Pero no hace que pasemos una crisis vital. Es en concreto el asunto particular sobre el que gira el engaño en una ruptura con infidelidad lo que le da una intensidad emocional mayor. Ejemplo: vas a una entrevista de trabajo y te dicen "ya te llamaremos". Y tú sabes que no es real, que en realidad no les has gustado y nunca llamarán. Otro ejemplo: Escribes varias veces a una chica a ver si quiere quedar contigo, pero te responde cosas como "Buf, no puedo, estoy muy liada".
En fin, hay muchas situaciones de la vida cotidiana en las que sabemos que nos engañan (casi siempre por no hacernos daño, porque les da miedo nuestra reacción, o porque creen que no podremos soportar la verdad, qué en estos ejemplos sería "no estás a la altura del puesto" o "no me gustas lo suficiente") y lo llevamos relativamente bien. Sin embargo, y poniendo otro ejemplo: inviertes todo tu dinero en un fondo de inversión que promete grandes beneficios y después resulta ser fraudulento y lo pierdes todo. En consecuencia tu intensidad emocional va a ser altísima, porque había mucho en juego, en este caso tu economía y en cierto sentido tu supervivencia.
Con estos ejemplos quiero poner de manifiesto que lo grave no es el engaño en si, sino el asunto sobre el que te engañan y la sensibilidad y vulnerabilidad que tu tengas hacia él. Y claro, si tu no tienes asumida la libertad del otro, que en cualquier momento puede elegir a alguien tal y como hizo contigo cuando te conoció, para ti la exclusividad sentimental y sexual va a ser un tema muy sensible, lo que haría que en una ruptura convencional sin engaño igualmente te doliera mucho porque no aceptas plenamente que a ti puedan sustituirte.
Como digo, este es el gran dolor de la ruptura, y más bien utilizamos el engaño del otro (por supuesto deshonesto y criticable) para cargar con furia contra él/ella, ya que sería menos políticamente correcto cargar contra el otro simplemente porque en su libertad se cansó de ti. Por tanto de lo que se trata aquí en realidad es de conseguir que el tema de la exclusividad sexual y sentimental no sea tan sensible para ti. Aceptar que todos somos intercambiables y que nuestra relación es una elección personal mutua que podría cambiar en cualquier momento, y que existen un montón de candidatos que podrían hacerte feliz a ti y otro montón de candidatos que podrían hacer feliz también a tu pareja.
Nada que ver por tanto esta realidad con el mito de la media naranja, dónde al parecer el cosmos ha moldeado para ti una persona que te encaja perfectamente y que, casualmente, además tu resultas ser único y hecho a medida también para ella. La mera pretensión de que solo existe una persona qué te pueda hacer feliz, y tu a ella en reciprocidad, se cae por su propio peso si echamos números. Es decir, si de entre los 8000 millones de habitantes del planeta existiera una persona con unas características únicas para ti, y a la vez tus características fueran perfectas y únicas para ella, sería muy poco probable que casualmente trabajara en la misma oficina que tu, asistiera a la misma clase de instituto que tu o casualmente viviera en tu barrio, en el portal de al lado. Desconozco cuál es la probabilidad de que caiga un meteorito y saqué al planeta de su órbita, pero probablemente esa probabilidad es más pequeña que esta otra de la que hablamos. Si esa persona única existiese seguramente viviría en China, que al menos tiene 1400 millones de habitantes.
Seamos serios, existen muchas, muchísimas personas capaces de hacernos sentir felices. Y también están ahí potencialmente disponibles para tu pareja. La salud mental, en este asunto, no va por tanto de evitar la infidelidad, sino de que me duela poco si me sustituyen. No se puede pretender jugar al fútbol e indignarte porque te dan patadas y te duelen mucho. Se trata de que te den patadas (que te las darán) y que te duelan poco porque estás en un buen estado de forma, en este caso psicológica.
Y date cuenta, el principal riesgo de una infidelidad es la desconfianza que tendrás a futuro con esta u otras parejas. Y desde ahí, cierta tendencia a controlar o supervisar excesivamente lo que el otro hace o no hace por el miedo a ser nuevamente engañado. Eso como hemos visto no es el camino. Tratar de controlar a alguien es imposible, porque es libre. Y los intentos que hagas en este sentido solo servirán para crear una dinámica tóxica qué deteriorará irremediablemente la relación y además no funcionara para evitar el engaño. El que te quiere engañar lo hará. Se trata de respetar la libertad del otro y asumir el riesgo de que pueda irse, y aceptando esto, vivir la relación intensamente, no dando nada por garantizado y agradeciendo cada día que estéis juntos. Es decir, no se trata de desconfiar del otro. Se trata de desconfiar del amor. En general, desconfía de las emociones muy intensas porque distorsionan mucho la realidad que percibes, y cuando ya se han pasado (porque por muy intensas que sean se pasarán) uno suele arrepentirse mucho de cómo actúo.
Dicho lo anterior, como es posible que tú aún no tengas plenamente asumida esta idea amplia de libertad de tu pareja y el carácter efímero del enamoramiento pasional, si has sufrido una ruptura con infidelidad ahora mismo estarás sintiéndote muy mal. Y aunque a medio/largo plazo, ir aceptando las ideas previamente expuestas te irá proporcionando un encuadre de mayor calma y equilibrio, te ofreceré ahora una serie de ideas qué, a corto plazo, te permitan ir navegando mejor a través de estas turbulentas aguas que son la rabia y la culpa, emociones que suelen darse habitualmente en este tipo de separación.
_ Encontrar una explicación.
Encontrar una explicación es una de las mayores necesidades que tendrás en este momento. Y probablemente ahora estás repasando todo lo ocurrido, tratando de encajar las piezas, ordenar todo lo que ha pasado, para hallar una interpretación que te permita recuperar la estabilidad y cierta sensación de control. En la mayoría de los casos, las explicaciones bascularán entre dos polos: la culpa fue mía/la culpa fue de mi ex. Fundamentalmente en función de que tipo de personalidad tengas, tenderás a darte una explicación u otra. Y con cada tipo de explicación, habrá una emoción asociada:
Odio si culpas a tu ex y culpa si te responsabilizas tú.
I---------------I
Odio Culpa
Dentro de este continuo entre el odio y la culpa lo ideal sería poder situarnos en el centro, ya que entonces mis emociones y respuestas conductuales serán más equilibradas y por tanto más manejables.
Analizaremos primero el caso de los que se sienten encolerizados y rabiosos con su ex.
_ El odio.

En estos casos de infidelidad donde el otro evidentemente ha faltado gravemente a sus compromisos y te ha estado engañando con una cosa tan importante como la exclusividad sexual y sentimental, es fácil caer en la ira y la rabia, y desde ahí tener respuestas muy intensas y exageradas. Porque si bien, el engaño es éticamente muy criticable, con la ley en las manos, él/ella tiene derecho a irse con quien quiera en el momento que quiera y sin dar explicación ninguna. Es decir, la libertad del individuo está por encima de todo lo demás y no debe cuestionarse. Podemos cuestionar la forma, en este caso el engaño, pero no su libertad de sustituirnos por otra persona por muchas promesas, en ese sentido, que nos hubiera hecho a lo largo de la relación. Es decir, que tu hayas recibido un daño nivel x (el engaño) no te autoriza a devolver un daño nivel 3x con insultos, amenazas, y mucho menos respuestas físicamente violentas. El que él/ella haya hecho algo poco ético ( no delictivo ), no te legitima a ti para hacer algo que si es delictivo, porque tratar mal a alguien sí está tipificado como delito de maltrato (insultar, amenazar, destrozar propiedades, tirar sus cosas, etc.)
Es decir, tratar mal a la gente es inadmisible en nuestra sociedad. Si se hace en un lugar de trabajo es moving, si se hace en un colegio es bullying y dentro del entorno familiar sería maltrato en sus diferentes formas ( maltrato de género, maltrato a la infancia si se trata de menores, intrafamiliar ascendente si es de los hijos hacia los padres, etcétera ). Y si te estás preguntando por qué lo que él/ella te ha hecho a ti es solo éticamente cuestionable (la infidelidad no es un delito en nuestro país) y por contra, lo que te gustaría hacer a ti es ilegal (si este tipo de respuesta exaltada es tu caso) tendríamos que hacer aquí una profunda reflexión acerca de las leyes en nuestra sociedad, qué excede con mucho el objetivo de este artículo. Baste decir aquí que, para aprobar una ley, hace falta una gran mayoría poblacional que la apoye (para que un gobierno pueda sacar adelante una ley en el Congreso esta debe apoyarse por la mayoría de este) y en España y el resto de los países occidentales, se ha establecido priorizar la libertad de los individuos y se considera que un daño a esta es mayor que otro tipo de daños.
Desde el punto de vista psicológico estoy de acuerdo además en que cualquier forma de maltrato deja secuelas emocionales mayores que el haber sido engañado con infidelidad. Porque aunque ahora te esté doliendo mucho, en parte, te duele porque no estabas preparado para aceptar plenamente la libertad del otro. Y eso es parte de lo qué pretendo conseguir con este artículo. Prepararte mejor para aceptar la realidad del amor y la pareja, para que no te pille desprevenido la próxima vez si te vuelves a encontrar en esta situación.
_ La culpa.

Pasemos ahora al otro polo; la culpa.
Te sientes culpable por no haber sido suficiente para el/ella y realmente ha sido tu poca valía lo que ha generado el engaño y la ruptura.
Por supuesto esto es una forma de ver las cosas tan desproporcionada y poco recomendable como la anterior y sobre la cual escribí ya un artículo completo que puedes consultar si este es tú caso y quieres aprender a manejar mejor esta incómoda emoción.
Solo apuntar aquí que, el hacernos responsables de la ruptura, nos permite aumentar nuestra sensación de control en un momento en el que estamos desbordados y totalmente perdidos, ya que si lo errores fueron míos, en el futuro podré evitarlos y quizás el/ella vuelva conmigo si prometo estos cambios.
Pero por desgracia, la probabilidad de una ruptura es alta desde el mismo momento que se inicia una relación haga uno lo que haga. Y aunque todos lo sabemos porque vemos a amigos y familiares continuamente pasando por estos trances, preferimos pensar que esta vez a nosotros no nos sucederá porque hemos aprendido ya esto y lo otro. Por lo tanto, resulta bastante mejor que no neguemos la evidencia y que no tratemos de evitar a toda costa las rupturas, sino más bien aceptarlas como una posibilidad y como parte del proceso de tener pareja. Si consigues no ver tu ruptura como un fracaso personal, algo horrible que era evitable, y lo tratas de entender como un cambio, doloroso eso si, pero que puede traerte muchas cosas buenas, probablemente tus sentimientos empiecen a ser menos dolorosos.
_ Y entonces, ¿Qué hago?
Sea de una manera o de otra, y estés experimentando altas dosis de rabia, culpa o ambas a la vez según el momento, la recomendación como en cualquier otro tipo de ruptura es clara. No colocarte en una posición de excepcionalidad en la que creas que la ruptura era evitable si él/ella o tu hubierais hecho no se que cosa, y aceptar que en los tiempos actuales las rupturas de pareja son muy frecuentes. Le pasan a casi todo el mundo y no deben verse como un fracaso personal respecto al que halla que buscar responsables.
En este sentido, y si quieres profundizar en estas ideas, te recomiendo de nuevo este otro vídeo/artículo (¿No entiendes porque te dejo tu ex?) donde hablo en profundidad acerca de los motivos más frecuentes por los que se termina una pareja y qué tal vez te ayudará a entender mejor el contenido del presente artículo. En el básicamente se dice que la pasión, que el enamoramiento en una relación termina tras x meses, a lo sumo años y que a partir de ahí, los motivos para mantenerse en la pareja hay que buscarlos en la seguridad, el proyecto común, la compañía, el compartir aficiones, crianza de los hijos, etc. Y aunque estos son motivos más que de sobra para mantener la relación, la elección de seguir en pareja implica la renuncia a ese alto nivel de apasionamiento del inicio de la relación.
Por todo ello, una vez conocida la noticia de la infidelidad y habiéndote enfrentado a esta cruda realidad sin estar preparado ( si es que alguien está preparado del todo para esto ), la recomendación inevitable es bajar la dosis en que te administras esta realidad. Es decir, al no estar preparado para aceptar la libertad del otro, hubiera sido para ti menos traumático una ruptura convencional donde implícitamente te cambian por otro pero al menos tu no ves el cambio en directo. En ese caso de ruptura convencional sin infidelidad durante el proceso de duelo fantasearías constantemente con esa posibilidad ¿con quién estará?, ¿quizás incluso le conozco?, ¿habrá encontrado ya a alguien?. Pero claro, sería simplemente una fantasía, algo respecto a lo que te podrías defender con pensamientos del estilo "no va a encontrar a alguien mejor que yo", "nadie le va a querer como yo lo hacía", etc.
Todo esto se complica sin embargo si tu ya pones cara a una nueva pareja y resulta que es más alto que tu, o es más guapa que tu, tiene más dinero que tu, etc. Aspectos que después de unos meses no te importarían demasiado, ahora que estás muy inestable te pueden hacer mucho daño.
Por tanto la recomendación es tratar de no conocer los detalles de la infidelidad ni de la otra persona, ya que sin duda va a generar en ti una intensidad emocional altísima que complicará enormemente el duelo. Tratar de mantener el contacto cero con tu ex para no tener información adicional sobre esta nueva persona o la relación que tu ex mantiene con ella te permitirá dosificar la cantidad de emoción que manejas y por tanto facilitará que tu cerebro pueda ir digiriéndola con mayor probabilidad de éxito y sin llegar a colapsarse. Porque, como ya he comentado en muchas ocasiones anteriores, lo que convierte en traumática una situación es la cantidad de emoción que genera y si eres capaz de administrar la emoción en pequeñas dosis lograrás no tener conductas exageradas de las que después con seguridad te arrepentirías.
Para acompañarte en este difícil trance, y proporcionarte un espacio para la expresión emocional y la reorientación de los sentimientos más conflictivos de la ruptura, puede resultarte muy útil y enriquecedor empezar un proceso de terapia, donde yo podría acompañarte y ayudarte a sortear todos los riesgos de salud mental implícitos en una ruptura de pareja, a la vez que permitirte aprovechar las muchas oportunidades de desarrollo personal que se abren en este tipo de situaciones de cambio. Puedes transformar esta situación potencialmente traumática en un trampolín de cambio y desarrollo, que te capacite para afrontar el resto de esferas de tu vida desde una perspectiva más enriquecedora y saludable. Contacta conmigo y empecemos.



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