Como manejar la culpa en tu ruptura de pareja
- vivancosenrique
- 19 mar 2024
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 25 jun 2024
Como bien sabrás, si estás pasando por una ruptura de pareja, uno de los sentimientos más intensos y perturbadores que estarás enfrentando es la culpa.
Probablemente ahora mismo te estarán viniendo ideas del estilo a:
¿ Como pude hacer eso? ¿ Como no me di cuenta de aquello? ¡Si hubiera sido más cariñoso!¡O más atento!, ¡O más...!.
Y en particular, te sentirás especialmente culpable respecto a las críticas que por parte de tu pareja hayas recibido durante la relación y sobre todo respecto a las que te argumentó en el momento de la ruptura. Y ahora no te puedes sacar de la cabeza sus palabras, y sientes que, con un poco más de esfuerzo por tu parte a lo largo de la relación, hubieras podido evitar todo esto. Y claro, como te sientes así, y no tienes ninguna duda de que ahora si lo podrás hacer mejor, porqué te has dado cuenta del problema, has insistido más de lo conveniente a tu ex para poder explicarle cuanto estás dispuesto a cambiar en esto o aquello para volver a ser felices juntos. ¿Verdad?.
Resulta curioso como es posible predecir con cierta precisión lo que es más probable que haga una persona en esta situación. Pero no sólo yo, que me dedico a esto y tengo mucha familiaridad con este tipo de procesos, puedo hacer una estimación relativamente precisa de lo que sucederá. Probablemente también tus amigos y tu familia podrían haber anticipado en buena medida los sentimientos que tendrías y probablemente las conductas que estas emociones impulsarían.
Y esto es parte de lo que quiero ayudarte a entender con este texto. Más allá de las particularidades de tú relación o las tuyas como persona, el ser abandonado por parte de tú pareja causa con probabilidad muy alta sentimientos de culpa. Y esto no necesariamente significa que tengas la culpa de nada. Simplemente que sentirás culpa con independencia del grado de tú responsabilidad real en la ruptura.
Y claro, aquí tenemos una de las primeras claves para trabajar con los sentimientos de culpa:
_ Si tu crees que son coherentes con tus acciones durante la relación y que efectivamente tienes un porcentaje de responsabilidad altísimo en la ruptura, la culpa te impulsará a un movimiento de dis-culpa.
_ Sin embargo, si tu entiendes estos sentimientos como un efecto colateral de la situación de ruptura, algo por lo que hay que pasar y no algo que te está pasando concretamente a ti, si consigues ver que en realidad se trata de una distorsión de la realidad y que, como todas las emociones intensas, tiende a ser muy exagerada, podrás entonces prevenirte contra ella de la misma manera que lo hacemos en otras ocasiones con otras emociones.
Por ejemplo, tú sabes que si te subes a una montaña rusa de un parque temático pasarás miedo e incluso pensarás todo el rato que vas a tener un accidente, pero también eres perfectamente consciente de que la situación es segura pese a lo que estés sintiendo y es por ello que logras controlar tu miedo y no tirarte de la atracción en marcha.
Es decir, la conciencia de lo que está pasando realmente, nos permite no dar por verdadera nuestra emoción y abandonarnos a las conductas que estos sentimientos podrían impulsar.
Y ahora, una vez entendido esto de que no podemos dar por verdadero todo lo que estamos sintiendo, especialmente si lo estamos sintiendo de forma muy intensa, te propongo que tratemos de entender juntos el porqué la culpa esta casi omnipresente en todos los procesos de ruptura de pareja, cuando para el resto de situaciones de la vida cotidiana resulta más bien complicado conseguir que alguien se haga responsable de una cosa que ha salido mal.
¿Porqué tu querrías estar asumiendo más responsabilidades en la ruptura de las que realmente te corresponden?
La respuesta a esto se halla en los intensos sentimientos de vacío y soledad que vienes experimentando desde la ruptura. Es, como sabes, un dolor casi insoportable y que opera de manera prácticamente continua. Un dolor que no te puedes sacar de la cabeza y del que cuesta mucho trabajo distraerse aunque solo sea un rato.
¿Y como está reaccionando tu cerebro a estas sensaciones tan intensas y desagradables?
Pues como hace siempre que ve en peligro su supervivencia. Pone todo el organismo en alerta para que te sientas en la obligación de tomarte todo esto como una prioridad absoluta, dejando a un lado todo lo demás, hasta el punto en que literalmente cuesta mucho trabajo pensar en otra cosa.
Y claro está, el camino más corto aquí (que no el mejor) es asumir todas las críticas de tu ex y prometer cambios muy importantes (que serían probablemente insostenibles a medio plazo en tu vida de pareja) para lograr que el/ella cambie de opinión, se reanude la relación y tu te libres de este malestar. E incluso si has perdido ya toda esperanza de que se reanude la relación (bueno, nunca se pierde del todo hasta pasados varios meses) esta asunción excesiva de responsabilidad te permitirá "aprender la lección para la próxima" de forma que tú cerebro tendrá cierta sensación de control en tu próxima relación y sentirá cierta garantía de que esta vez lo harás mejor y así no te dejarán de nuevo.
Es decir, tu cerebro en esta situación esta dispuesto a pagar cualquier precio para evitar este dolor, tanto ahora (si consigues reanudar la relación) como en el futuro (en una relación nueva).
Pero por desgracia, la probabilidad de una ruptura es alta desde el mismo momento que uno inicia una relación. Y aunque todos lo sabemos porque vemos a amigos y familiares continuamente pasando por estos trances, preferimos pensar que esta vez a nosotros no nos sucederá porque hemos aprendido ya esto y lo otro. Por lo tanto, resulta bastante mejor que no neguemos la evidencia y que no tratemos de evitar a toda costa las rupturas, sino más bien aceptarlas como una posibilidad y como parte del proceso de tener pareja. Si consigues no ver tu ruptura como un fracaso personal, algo horrible que era evitable, y lo tratas de entender como un cambio, doloroso eso si, pero que puede traerte muchas cosas buenas, probablemente tus sentimientos empiecen a ser menos dolorosos.
Y ahora, claro, te preguntarás;
¿Si no puedo usar la culpa para protegerme de esta sensación de soledad y vacío entonces que se puede hacer?
Pues la respuesta es quererte tú a ti mismo. El hecho de que ahora te encuentres tan mal tiene que ver directamente con la ausencia del amor, cariño, atención, etc. que tu expareja te proporcionaba. Y por lo tanto, el camino rápido es volver con el/ella en lugar de tratar de llenar el vacío con tu amor propio y tu autoestima, que lógicamente sería algo más largo y trabajoso. Pero infinitamente más positivo y enriquecedor para ti. Porque si el precio por evitar los sentimientos de vacío y retomar el control es cargarte con la culpa de todo,
inevitablemente te dañas la autoestima, el autoconcepto y tu opinión general sobre ti mismo.
Y claro, así es difícil quererte a ti mismo si te ves tan lleno de defectos y malas decisiones. Por lo que, cuanta más responsabilidad asumes respecto al final de la relación y más te mortificas y arrepientes de todo, menos te quieres a ti mismo y más necesitas el amor de el/ella o de otros. Es decir, no sólo va a perjudicar tu actual proceso de duelo, sino que te perjudicará también de cara a futuras parejas, en cuanto que entrarás en ellas valorándote poco y, por tanto, con gran necesidad de que tu nueva pareja te quiera y te valore mucho.
Por todo lo anterior, no caigas en la trampa de la culpa. Por tener cierta sensación de control pagarás un precio muy alto en términos de autoestima. Y aunque tu ex te servirá la culpa en bandeja con los motivos que argumentará durante la ruptura, ten en cuenta que eso son sólo sus opiniones. Y que en estos casos, en que probablemente también está muy emocionado, tenderá a ser poco objetivo y probablemente exagerado. Porque no olvidemos aquí, que la ruptura también va a ser dura para el/ella. Y siempre será menos intenso su proceso de duelo si consigue convencerse a sí mismo de que la relación y la persona que está dejando atrás no son algo tan valioso, por lo que es muy frecuente que durante estas conversaciones de ruptura, inconscientemente, haya tratado de desvalorizarte para tener una salida más fácil de la relación en términos afectivos.
Tener conciencia de todo esto, sin duda te permitirá no abandonarte por completo a esta emoción tan perturbadora que es la culpa y limitar así sus nocivos efectos en el proceso de ruptura.
Quererme más a mi mismo. Pero eso ¿Cómo se hace?
Pues bien, más allá de los primeros momentos de la ruptura, en los que evidentemente te interesa mucho rodearte de gente que te quiere para compensar el déficit de afecto que estás sintiendo, a medio plazo, debes ir contemplando la posibilidad de dedicarte tiempo a ti mismo y en soledad. Momentos de autocuidado donde disfrutes de ti mismo y de tu compañía, de forma que no necesites a nadie más al menos durante esos momentos.
Y claro que sé que es difícil, y sobre todo tras una ruptura, pero es fundamental llevarte bien contigo mismo para necesitar menos amor de los demás y estar en las relaciones en una postura de menos dependencia.
Por tanto, elegir una actividad que disfrutes y llevarla a cabo regularmente a solas sería un buen principio para esto.
Por ejemplo momentos de lectura, escuchar música, algo de deporte, un baño relajante, prepararme una comida deliciosa,...... es decir, cualquier cosa que te haga sentirte bien contigo mismo y que te vaya permitiendo disfrutar cada vez más de ti.
Por supuesto, si tu ya tenías costumbre de dedicarte tiempo a ti mismo durante la relación y antes de esta, ahora te resultará más fácil activar esta parte y tu proceso de duelo tras la ruptura será menos intenso y más corto. Sin embargo, si tu no tienes hábito de quererte a ti mismo y dedicarte cuidados y atenciones echarás mucho más de menos a tu expareja y el proceso de duelo será más intenso y prolongado.
En cualquiera de los dos casos, pasar tiempo contigo mismo en estos momentos te va a resultar más difícil, y podemos hacer alguna cosa para facilitarlo. De igual forma que si quedaras con alguien para hacer algo, te haría mucha más ilusión y te apetecería mas si tienes una muy buena imagen y consideración de esa persona, te sucederá lo mismo a la hora de pasar tiempo contigo mismo. Cuanto mejor valoración tengas de ti, más te apetecerán estos planes.
Así que te propongo un pequeño ejercicio para ir queriéndote y valorándote más:
Coge lápiz y papel.
Pon en marcha un cronómetro y durante dos minutos escribe en una columna tus defectos. Después, durante otros dos minuto escribe en otra columna tus virtudes. Si quieres llevar a cabo este ejercicio no sigas leyendo hasta haber escrito ambas columnas, pues no quiero hacerte spoiler de lo que probablemente suceda.
Muy bien, una vez realizado el ejercicio, posiblemente te encuentras con que te ha resultado más fácil encontrarte defectos que virtudes ¿verdad?. Y eso, ya sabemos que no es un muy buen punto de partida para que quieras pasar tiempo contigo mismo y te proporciones afecto y cuidados. Te propongo entonces tratar de fortalecer tu visión acerca de tus virtudes:
Cierra los ojos y trata de recordar momentos o situaciones donde se ha puesto de manifiesto alguna de las virtudes que citabas antes. Momentos en donde alguien te señala esa habilidad, esa capacidad o lo que sea. O situaciones en las que aunque nadie lo refleje directamente, tu virtud quedó de manifiesto para todo el mundo. Mientras piensas en estas situaciones, es fácil que te vengan a la cabeza momentos en que otras virtudes o capacidades que antes no recordaste salgan a primer plano. Incorpóralas también a la lista.
Y ya, una vez tengas seleccionadas situaciones para cada una de las virtudes vamos a tratar de administrártelas diariamente como si fueran una especie de medicamento. Todos los días, por la mañana, antes de irte a trabajar o estudiar, párate frente al espejo y relátate en voz alta y primera persona estos logros o momentos donde inevitablemente queda de manifiesto tu valor. Pretendemos con ello que poco a poco vayan formando parte en mayor medida de tu autoconcepto y de tu dialogo interno, lo que te dices a ti mismo. Probablemente salgas de casa con mejor pie y mayor confianza en ti mismo.
Cuídate, haz terapia
De esta forma, como puedes ver, podemos aprovechar tu proceso de ruptura para lograr cambios en ti mismo que irán más allá de pasar por la ruptura de forma menos costosa,
ya que redundarán en beneficios psicológicos más generales y aplicables después a un sinfín de situaciones de la vida cotidiana. Mi supervisión de tu proceso de ruptura, como ves, te ayudará a evitar los riesgos psicológicos inherentes a estas situaciones y te permitirá aprovechar la oportunidad que también se halla en estas situaciones.
Quiérete a ti mismo y permítete desarrollar tus capacidades. Puedo ayudarte a convertir el peligro en oportunidad.
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